Tras la publicación de su libro sobre las consecuencias que la Gran Guerra traería para Europa, John Maynard Keynes se convirtió de la noche al día en un hombre célebre. Nadie como él analizó con mayor claridad y perspicacia el Tratado de Versalles. Precisamente de esa época, de cuando llegó a Versalles en 1919 con la delegación británica, datan los dos textos aquí reunidos. En el primero, amén de a las condiciones propias de una negociación política, asistimos al despliegue de hombres e ideas particulares, a todo cuanto no figura en los manuales de historia, a saber, a la aventura personal, casi íntima, de unos hombres condenados a entenderse y que saben que sólo desde el acuerdo puede llegar a solucionarse cualquier conflicto. El segundo texto, que Keynes dedica a revisar sus primeros años en Cambridge, constituye el fiel retablo de un lugar y una época irrepetibles: la del grupo de Bloomsbury. Habiendo asistido a la lectura en privado de los dos textos que hoy presentamos, Virginia Woolf, uno de los miembros más conspicuos del mencionado grupo, no dudó en calificarlos de «brillante obra maestra».