«Uno no nace hombre, se hace». El autor toma prestadas estas palabras de Erasmo de Rotterdam con el fin de describir su lucha particular para armarse ante la exigencia de la vida diaria. Y aclara también: «cuando empleo la palabra hombre, incluyo evidentemente... a la mujer».
En El oficio de ser hombre, Alexandre Jollien se enfrenta a las grandes experiencias del ser humano: el sufrimiento, la comparación con el otro, la necesidad del progreso diario; abordando cada problema como una lucha alegre. Traducido a varios idiomas y con un preámbulo de Michel Onfray, la obra pretende dar algunas ideas para avanzar con ligereza en las caminos de la existencia, invitando al lector a que transforme su mirada, dando sentido al sufrimiento para que este no tenga la última palabra y que la dicha permanezca.
Tras la publicación de un primer libro, Elogio de la debilidad (1999), Jollien escribe El oficio de ser hombre (2002), que Octaedro publica ahora previamente a su última obra, El filósofo desnudo (2010), con más de 100.000 ejemplares vendidos en Francia, y de próxima aparición en esta misma colección.