«¿Y no iríamos al Japón, al espejo del Japón, al Sur? Creo que el futuro del arte nuevo se halla aún en el Sur.» Esta frase de Van Gogh fue decisiva para que dos mundos, dos formas de entender la vida, el arte, el amor o la muerte, en inquietante paralelismo, se enfrentaran en las páginas de este libro. De un lado, lo recóndito y ancestral de la cultura española; de otro, lo esencial y resguardado del Japón. Entre ambos espejos, el autor sitúa a creadores de Europa occidental, del Japón y de la isla de Cuba que buscan ese espacio propicio donde formularse la pregunta trascendental sobre la vida –la pregunta que abre El mito de Sísifo, de Albert Camus–, y en el epílogo reseña su propio paso por Sri Lanka, la India y el Nepal.