Actualmente hay en Asia cien millones menos de mujeres que de hombres: estas «mujeres que faltan» son niñas que no han podido nacer, a las que han matado poco después de su nacimiento o a las que han dejado morir a edad temprana. En India la dote necesaria para su boda las convierte en una carga económica insoportable; en este país, pero también en China y en otros países asiáticos, una serie de prejuicios ancestrales hacen que el nacimiento de una niña suponga un deshonor. Desde la década de 1980, la ecografía y el aborto se vienen utilizando a gran escala para eliminar a las niñas, produciéndose lo que cabe denominar un «feticidio». Ello no ha hecho que desaparezcan, ni mucho menos, el infanticidio ni la desatención. El día de mañana Asia tendrá que gestionar una población de varias decenas de millones de hombres solteros. Jamás en la historia se había producido semejante brecha demográfica. Y, en la región más poblada del mundo, ello tendrá consecuencias sociales difíciles de prever...