«Pablo Mahaux ha encontrado la novela que todos los lectores buscábamos leer ahora: una sátira sobre los modos de ejercer el poder, y para que no falte de nada, también sobre los modos de adquirirlos» (Javier Azpeitia).Osman Recio, el despótico protagonista de esta aventura, se encuentra a un paso de acceder al más alto y privilegiado estamento social de una sociedad jerarquizada hasta el extremo en la que toda divergencia está criminalizada y toda conducta es sospechosa mientras no se demuestre lo contrario. En ese instante, a punto de acceder a la gloria, su vida se derrumbará ante sus ojos. Frente a esta tragedia, Osman Recio descubrirá que, a su alrededor, todos actúan como si conocieran el secreto de tal desgracia. Obsesionado con este misterio, dando palos de ciego, irá conformando a trompicones, entre dudas, el nuevo tiempo que le espera. Como aseguraba Connolly, «las personas obsesionadas con un misterio son las menos adecuadas para resolverlo».La conducta de las mariposas es una novela que trata de la atracción que ejerce el poder y de cómo éste es siempre un arma de doble filo. En una sociedad basada en el capitalismo más atroz, la competitividad es lo que hace moverse al mundo; así la felicidad del individuo queda supeditada a un continuo deseo de poseer más, de abarcar más parcelas de poder, de ser el número uno. Un ideal de vida basado en esos parámetros no podría verse reforzado por ninguna otra corriente psicológica que no fuera el conductismo. La terapia de conducta deshecha cualquier especulación metafísica, cualquier forma de introspección para explicar sus teorías y se lanza en pos de lo experimental. John B. Watson, uno de los máximos exponentes de esta rama de la psicología dice: «dadme dos niños y haré de ellos lo que quiera». Así el hombre de carne hueso queda reducido a un hombre máquina susceptible de ser controlado y totalmente determinado dentro de la sociedad. El hombre-robot, el hombre-industrial, hoy ya el hombre-informático, es la pieza favorita sobre la que se fijan los objetivos, la materia prima sobre la que hay que trabajar para que el engranaje social continúe su imparable huída del único factor que puede desmontarlo, el horror vacui de la muerte. No en vano, el título de la novela es parte de una cita del afamado psicólogo conductista B.F. Skinner: «La conducta humana es idéntica a la conducta fototrópica de las mariposas que pueden ser conducidas hacia la luz solar y recibir el calor necesario para su supervivencia, pero pueden ser conducidas a una llama encendida hacia la muerte».Osman Recio es el dueño de una gran empresa alimentaria, sus dos únicos objetivos son llegar al Módulo A, el más alto y privilegiado estamento social de esta sociedad absolutamente jerarquizada y conseguir cerrar por fin su cubo de Rubik, un juego basado en miles y miles de permutaciones. Siendo objeto de varios programas y terapias de conducta, Recio refleja el ideal de hombre-máquina que ha desechado todo tipo de introspección, de subjetividad o de empatía, para convertirse en un mero producto que encarna el materialismo más atroz, en esa pieza perfecta que Franz Shujov (su terapeuta) necesita para acceder a su vez al más alto estamento dentro de la comunidad científica. Pero una terrible amenaza se cierne sobre esta sociedad desafiando su perfección cartesiana a través del más profundo caos.Con un lenguaje seco y sin concesiones, que parece funcionar como un engranaje más dentro de la historia, La conducta de las mariposas indaga en los modos de adquirir el poder, en los modos de ejercerlo y en el por qué obedecemos adentrándose en los mecanismos que rigen el miedo, la ambición y la moral, y situando con descarnada desnudez al hombre del siglo XXI en el contorno del abismo, en el horror vacui ante la falta de fundamentos.