Este libro parte de un descubrimiento, en apariencia intrascendente, que abre sin embargo un nuevo camino para la comprensión del último período del famoso pintor aragonés: Goya eligió cuidadosamente una fecha especial para poner a la venta sus famosos caprichos, y ésta fue precisamente el miércoles de ceniza de 1799, es decir, el día del último carnaval del siglo XVIII. A partir de éste y otros datos significativos, los autores de este libro realizan una sugerente incursión en el imaginario europeo del fin de siglo a través de la fiesta del carnaval, que plantea el Mundo al Revés, y la Revolución francesa, que pretende invertir las estructuras del ancien régime. El Marqués de Sade y Goya, que traducen sus obsesiones con imágenes violentas y profundamente perturbadoras, quizá sean las dos figuras más emblemáticas para comprender la inmensa subversión que se operó en los últimos años del llamado Siglo de las Luces. Mediante el análisis del contexto de su época, y del secreto laboratorio de los caprichos, Goya se presenta como un artista culto y conceptual heredero de las ideas conceptistas del barroco, pero sobre todo como el mejor intérprete artístico de la cultura europea de su época. No sólo, como se ha dicho tantas veces, fue el precursor del impresionismo y el expresionismo de la modernidad pictórica, sino que a la vez fue un anticipador de la performance de las últimas décadas del siglo XX. También, este libro sugiere fascinantes conexiones entre el complejo mundo del artista y nuestro propio fin de milenio, pues toda la inmensa ironía que subyace en su obra no ha hecho con los años sino cobrar cada vez una significación más intemporal y universal.